Y buenas noches a Inés Arrimadas. He escuchado, Inés, sus explicaciones de por qué se sale de la foto de los Presupuestos. Y lo pudo decir con cinco cortísimas palabras: no cabía en esa foto. O quizá con estas otras: no la querían en la foto. Lo habían dicho con claridad los que se estuvieron acicalando para el fotógrafo.
Lo había dicho Pablo Iglesias, que maniobró lo imposible para empujarla hasta que la echó. Lo expresó con la claridad que siempre luce Gabriel Rufián, para quien Ciudadanos es el enemigo a batir desde aquel día en que usted ganó las elecciones catalanas y humilló al independentismo. Usted fue para ellos el invasor que no entró con los tanques por la Diagonal, sino en el Parlament con el arma de los votos. Y no sabemos lo que deseaba Pedro Sánchez, pero tengo la impresión de que usted y su partido le venían bien porque su moderación luce mejor ante Europa y porque blanqueaba sus alianzas con esos que Felipe González, en plena lozanía intelectual, considera que quieren desguazar España. Pero dudo que quisiera verla en la foto.
Los suyos eran votos de adorno, no de necesidad. Usted era el atrezo. Si Pablo Iglesias le apretaba un poco por la presencia de Ciudadanos, él, el señor Sánchez, lo que quiere es salvar la coalición, que es lo que le permite estar en La Moncloa. Así que su apoyo no podía ser y, además, era imposible. Yo creo, señora Arrimadas, que usted tenía una magnífica intención confesada: soñaba con ser el muro de contención de las reivindicaciones populistas y las independentistas. Quizá el agua que rebajase
los grados de los Otegi, los Iglesias y los Rufián. Si le digo la verdad, ignoro por qué no rompió antes, cuando se votaron las enmiendas de totalidad.
Entonces usted ya sabía que las contrapartidas eran intolerables. Entonces tampoco había esas medidas de ayuda a las familias, a los autónomos y a la pequeña y mediana empresa. Creo que en su relación con el poder se ha cumplido un dicho popular: "mucho te quiero, perrito, pero pan poquito".
Y digo en su favor que a lo mejor se equivocó en el calendario, pero queda claro que Inés Arrimadas es mujer que siempre ofrece una última oportunidad.