Y buenas noches a don Javier Lacalle, que fue alcalde de Burgos y tengo entendido que ahora es senador por el Partido Popular. Y lo que es la vida, señor Lacalle. Mire que hizo usted cosas en su vida. Pero creo no equivocarme si digo que ninguna alcanzó tanta difusión nacional como esta última que hizo usted en la soledad de su casa o de su despacho, sin periodistas ni testigos.
Conoció la noticia de que Feijoo será presidente de su partido. Su memoria se puso a trabajar en los recuerdos del flamante líder y encontró una foto con él, creo que de hace cuatro años. En esa foto está usted, el señor Núñez Feijoo y tres o cuatro personas más que lamentablemente no identifico. La contempló extasiado, le salió el mitómano que todos llevamos dentro, se dijo “aquí sobra alguien”, le aplicó el fotoshop y ¡milagro!: las otras personas desaparecieron como por arte de magia y se quedaron solos usted y su líder político.
Gran artista de la modernidad
Buen trabajo, señor Lacalle. Gran dominio de los secretos de la fotografía. Como la manipulación es una de las bellas artes, le incluyo a usted entre los artistas de este tiempo. ¡Qué digo! Gran artista de la modernidad. Creo que las redes se cachondean un poco de su trabajo, pero yo le entiendo y ensalzo esa filigrana. Le digo más: si yo supiera hacer fotoshop, también me quedaría a solas con Feijoo, que en todas estamos rodeados de gaiteiros y otras especies de la galleguidad. Y me quedaría a solas con Juan Ramón Lucas o con Alsina.
Y si estuviera en twuitter como usted, en twitter colgaría el documento. Y si no, en el salón de mi casa. Pero claro, don Javier: no tengo su arte, no sé hacer fotoshop. Y a lo mejor es que tampoco tengo pasiones políticas. Porque lo suyo, además de artístico, es como una declaración de amor a su líder: te quiero, Alberto, pero te quiero para mí solo. No te puedo compartir con otros. Le tiene que enviar ese trabajo a Feijoo, don Javier, para que se lo dedique. El mérito añadido es que usted fue más allá que Alfonso Guerra cuando dijo “el que se mueva no sale en la foto”.
Usted los saca de la foto incluso sin moverse. Mágico, señor Lacalle. Le animo a seguir con esos trabajos, porque anuncian un gran futuro político para usted. Los ascensos en la política española ya sabe cómo se hacen: haciendo desaparecer a otras personas de las fotos. Y usted lo hizo de forma magistral.