La carta de Ónega a Kamala Harris: "Biden, la experiencia y usted, la fuerza que a él le falta"
Fernando Ónega dirige su carta en La Brújula a la futura vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris.
Buenas noches a Kamala Harris, futura vicepresidenta de los Estados Unidos. ¡Qué grande suena su cargo, señora! Grande y sonoro. Le escribo desde la lejana España por una intuición. Una intuición que dice que usted es la mujer del presente, pero es, sobre todo, la mujer del futuro. Muchos nos preguntamos si Biden habría ganado las elecciones si su apellido no estuviese acompañado por el suyo. Biden, la experiencia; usted, la fuerza que a él le falta.
Y muchos más se preguntan si los 78 años que este mes cumple le permitirán culminar su mandato, porque cuando lo termine estará a punto de cumplir los 82 y eso impone mucho respeto. Sobre todo, a quien los cumple. Y usted, señora Harris, estará en el lugar adecuado y en el momento oportuno. Pero eso ya se verá. Hoy es usted una realidad y una promesa. Ya se hizo un tópico decir que es coleccionista de primeras veces.
Fue la primera mujer, además de color, fiscal de San Francisco. Repitió como pionera en la Fiscalía General del estado de California. Y después, senadora por el mismo Estado. Y ahora, la primera vicepresidenta de la historia. La hija de la inmigrante hindú y del inmigrante de Jamaica se abrió paso sin complejos ni limitaciones. "Yo soy yo", solía decir. "Y me siento bien como soy". Es su lema, señora Harris.
En su cargo de fiscal y en el Senado demostró ser incisiva, correosa, implacable en los interrogatorios. Así la describen las crónicas. Y fuera de esos cargos, siguió los pasos de su humilde madre como luchadora por los derechos civiles. Prometió proteger a los inmigrantes contra la persecución de Trump. Reclamó el fin de las prácticas policiales de gatillo fácil, al revés que Trump.
Y leo que por esos motivos hoy es la esperanza de los situados en el umbral de la exclusión. La líder de los pobres debería ser, pero no me atrevo a decirlo muy alto, que decir eso en Estados Unidos es la fase previa a llamarle comunista. Le saludo, Kamala Harris. Me seduce su forma de sonreír: tiene una sonrisa limpia. Me encanta su mirada: es ambiciosa, pero sin maldad. Me gusta su forma de dirigirse a la gente: no tiene pinta de querer engañar ni buscar el voto fácil. Que no la malogre el poder, Kamala. Que no la estropee el poder.