Estoy huyendo de la actualidad. Y déjame decirte que en la escapada la encontré a ella. Cris Galera se llama la criatura. Y es brasileira, modelo brasileira, con un cuerpo de samba que no puede con él. La sigo a usted, Cris, desde septiembre.
Me pareció una mujer seductora en las fotos, muy seductora, capaz de incitar a cualquier pecado, e imaginativa, muy original, en su proyecto de vida. Tan original, que en esas fechas decidió casarse con usted misma. No sé cómo se dirá en la hermosa lengua portuguesa, pero es castellano sería algo así como automatrimonio o autoboda, palabros que no figuran todavía en nuestro diccionario. Tampoco sé cómo habrá sido la ceremonia, porque la foto que asombró al mundo paleto como el mío ha sido de usted misma con su ramo de flores ante una preciosa iglesia e ignoro si pasará a los anales eclesiásticos como la primera unión sin cónyuge.
En aquel momento, la entendí, Cris Galera, señora de Cris Galera. La imaginé mirándose al espejo de cuerpo entero y diciéndose a sí misma, porque en esta historia todo es “a sí misma”: ¿a quién te vas a entregar, cuerpo mío, con lo que vales? Y decidió no dárselo a nadie, quedárselo para siempre, que en las tiendas venden aparatos que igualan, según dicen, al prescindible macho. La leyenda urbana, incluso la leyenda rural, asegura que el satisfayer, creo que así se llama alguno, hace prodigios y llega a ser adictivo.
Hasta que llegó la tentación, Cris. Llegó ayer u hoy mismo, un día de estos, precisamente en forma de varón, la hizo caer y a mí me dejó celoso e intrigado: si usted, casada consigo misma, pero casada, se va con otro, ¿qué es exactamente lo que hace? ¿Se queda en simple infidelidad? ¿Lo elevamos a la categoría de adulterio? ¿Le obliga a su otra yo, a la casada con usted a solicitar el divorcio? ¿Tendrá que pagar algún tipo de pensión compensatoria?
Grandes dudas, Cris Galera, hasta hoy señora de Cris Galera. Pero la información dice que en Brasil hay una duda mayor: ¿y quién es el? Según El Confidencial, 200.000 seguidores han llevado, intrigados, quizá también celosos, esa pregunta a Instagram. Le deseo, Cris, que el divorcio de sí misma sea indoloro; que el convenio sea justo, y que su nuevo amor sea comprensivo si, después de haberse casado solo consigo misma, no encuentra rastros de virginidad.