Opinión en La Brújula

La carta de Ónega a Yolanda Díaz: "Ha sido una buena aportación de Pablo Iglesias al gobierno Sánchez"

Fernando Ónega dirige su carta en La Brújula a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Lo hace por su labor en su cartera como Ministra y lo hace por la prórroga de los ERTE hasta el mes de septiembre.

Fernando Ónega

|

Buenas noches a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. Tengo entendido que anda usted por Galicia en el primer día de campaña electoral. Y quizá con alguna nostalgia de cuando compitió usted por la presidencia de la Xunta. Ahora ya no va de candidata. Va de apoyo, con la autoridad que da ser ministra del gobierno de España.

A lo mejor está en Fene, en su casa de siempre. O quién sabe: prefirió irse de vinos, que cualquier lugar de Galicia es bueno para esas expansiones. Creo que en todas partes será bien recibida porque para un gallego es "a nosa ministra" y usted suele terminar las entrevistas con un "graciñas" de sonido universal. ¿Sabe, Yolanda? Usted ha sido una buena aportación de Pablo Iglesias al gobierno Sánchez.

Ha pasado de defender trabajadores en el despacho laboralista a defenderles desde el Boletín Oficial del Estado. Está en el ministerio a su medida, y se le nota. Comenzó con tropiezos, como aquellas negociaciones con organizaciones agrarias. O cuando parecía pisar el terreno a Illa cuando llegó el incómodo visitante llamado coronavirus. Pecados del exceso de celo. Hoy, pasada la Evau que han de pasar todos los ministros, es usted un referente del Ejecutivo.

Es la mujer incansable que incansablemente negocia y ayer le brindó a este país un gran acuerdo: el de prolongación de los ERTE hasta el 30 de septiembre. Un respiro para las empresas que todavía no entraron en la nueva normalidad. Un alivio para cientos de miles, dicen que dos millones de trabajadores que están en esa cuerda floja. Buen trabajo, Yolanda. Ha sido su aportación al ambiente de consenso que se observa en este país tan necesitado de acuerdos y a veces tan negado para los acuerdos.

Le quiero expresar reconocimiento por ese esfuerzo y como aliento para lo que tiene por delante. Porque por delante tiene, ministra, los negros augurios que se oyen sobre el empleo por culpa del maldito virus. Y la reforma de la legislación laboral, que entusiasma a algunos y subleva a otros. De usted dependen, en buena parte, los estímulos para crear puestos de trabajo. Y de usted depende también que salgamos del desastre salvando, por lo menos, ese tesoro que llaman la paz social.