E boas noites, ministra, próxima vicepresidenta, futura presidenta y, sobre todo, gallega, galega Yolanda Díaz. Resalto lo de gallega como confesión de proximidad. Lo que une la tierra de nación no lo separan las ideas, y usted lo sabe. ¿Y sabe otra cosa? Hoy me acordé de su padre, el dirigente de Comisiones Obreras en cuya biografía cabe la historia de medio siglo de este país.
Me acordé de él porque estuvo en su toma de posesión como ministra de Trabajo y para un viejo sindicalista ver a su hija en ese puesto tiene que ser como conquistar el cielo. Como para llorar de emoción el resto de su vida. Y hoy pensé en él cuando escuché a Pablo Iglesias hablar de usted; cuando escuché cómo le entregaba el liderazgo de Unidas Podemos; cómo la proponía como sucesora en la vicepresidencia; cómo la proclamaba “primera presidenta del gobierno de España”.
Comunista de Izquierda Unida
Y usted, Yolanda, no es de Podemos; es comunista de Izquierda Unida; pero ganó el aprecio de mucha gente, incluso de los empresarios, qué herejía, por unos cuantos pequeños motivos: porque es trabajadora; porque es mujer de diálogo; porque conoce y respeta la asignatura de la legislación laboral; porque sabe escuchar, y porque en un año de gobierno supo tejer para este país cinco o seis acuerdos, ya he perdido la cuenta, con empresarios y sindicatos que son una de las bases de la paz social que todavía disfrutamos en medio de una intensa crisis social.
Querida ministra, a partir de la campaña electoral de Madrid, asumirá una responsabilidad que me atrevo a llamar histórica: si Pablo Iglesias no mintió, usted será su sucesora. En todo, Yolanda. El todavía líder de Podemos abrió su propia sucesión y se ha fijado en usted. Como en el pasaje bíblico, el candidato a la Comunidad de Madrid pudo haber dicho: “esta es mi Yolanda muy amada en quien tengo mis complacencias”. A lo mejor Pablo le dejó una herencia envenenada, porque las encuestas no son muy favorables. A lo peor le dejan la silla, mientras Pablo se va a la cruzada del comunismo contra la ultraderecha y vuelve de los Santos Lugares a recuperar su sitio en la historia. Pero, ¿qué importa eso? Hoy Yolanda Díaz, la chica de Fene, la hija del sindicalista, la ministra de los pactos, es la triunfadora de una jornada de infarto.