Buenas noches a Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social.
Le saludo con el afecto habitual, pero hoy un poco mayor. Es que se salió del guion de la parte mayoritaria del gobierno y ha defendido a los transportistas que iniciaron la huelga. Hereje que es usted, señora Díaz. Hereje que discrepa de la verdad oficial, aquella que decía y dice que la Plataforma es minoritaria y está manejada por la extrema derecha. En consecuencia, no se la convoca a las reuniones que buscan el final pactado de la huelga más grave que ha sufrido este país después de la huelga general del 15-D que le hizo decir a Felipe González "he recibido el mensaje".
Los primeros huelguistas escribieron en una pancarta que no son extrema derecha, que son trabajadores. Y serán minoritarios, pero casi paralizan el país y arrastraron a la protesta a otras organizaciones, como Fenadismer. Y, de hacerles alguna crítica, solo se les puede hacer a los piquetes de los primeros días, sobre todo del primer día, que usaron más la violencia que la razón.
Y usted, vicepresidenta, los comprende. Y dice lo mismo que su pancarta, que son ante todo trabajadores. Y que tienen muchos motivos para protestar. La ministra roja con los supuestos agitadores de ultraderecha. Igual que está con el Frente Polisario, en vez de estar con la carta de Sánchez y su compañero de equipo, que no de ideas, el ministro Albares. ¡Qué novela, señora Díaz! ¡Qué letra para una copla! ¡Qué difícil convivencia, cada día al borde del cisma! Pero no me importan los líos políticos. Me importa la razón. Y la razón dice lo mismo que usted: que no es inteligente marginar a quien convoca una huelga, porque eso es provocarlo y arrojarlo a un mayor radicalismo. Y que no se puede apartar a nadie del diálogo por motivos ideológicos, porque eso es atribuir a la extrema derecha un poder que no tiene y yo creo que es incluso inconstitucional.
Así que, vicepresidenta, a lo mejor no le queda más remedio que llegar al próximo Consejo de Ministros, el decisivo del próximo martes, o presentarse en la mesa de diálogo y decir: buenos días, me llamo Yolanda Díaz y soy la abogada de los huelguistas marginados. Le vengo a denunciar, ministra de Movilidad, por violar la Constitución.