LA BRÚJULA

La carta de Ónega a don Odón Elorza, el primer diputado que pide que no se le abonen las dietas

Buenas noches a don Odón Elorza, diputado del Partido Socialista. Le escribo por lo que usted ha escrito: una carta a la presidencia del Congreso en la que pide que no se le abonen las dietas de desplazamiento.

ondacero.es

Madrid | 02.04.2020 23:28

Es el primer diputado que lo hace y tengo entendido que no es la primera vez que eleva a la presidencia tal solicitud. Coincide usted con lo que piensa mucha gente, por no decir toda la gente. Sin ir más lejos, esta misma tarde Teresa Rodríguez lo sugería o lo exigía de todos los diputados y senadores en entrevista con Julia Otero. Las dietas de desplazamiento no son un sueldo, aunque se cobren con el sueldo. Las dietas son una compensación por los gastos de viaje de Sus Señorías desde su lugar de residencia al Congreso de los Diputados o al Senado. Si no existen esos viajes por el confinamiento, no existen los gastos. Y, si no existen los gastos, no hay razón para su cobro. Solo existen las razones para que las dietas no se abonen. Nadie entendería que una empresa pagara dietas por algo que no se hace. Nadie entiende que en esa empresa de todos que es el Parlamento ninguno de sus miembros haya tenido el detalle de renunciar a ese dinero.

Le felicito a usted, señor Elorza, por su actitud ética y lamento que hasta ahora haya sido el único que tuvo la iniciativa. De nuestros representantes en el Parlamento tenemos derecho a esperar, como mínimo, dos cosas: la solidaridad y la ejemplaridad. Solidaridad, por ejemplo, con los miles y miles de trabajadores a quienes estos días se les comunica una reducción del sueldo, como en la crisis anterior. Y con ese millón de afiliados que perdió la Seguridad Social o ingresaron directamente en las filas del paro. Y con ese número indeterminado de trabajadores que entraron en suspensión temporal de empleo. Y con los autónomos que se quedan sin ingresos. Y ejemplaridad para que los ciudadanos veamos que no hay privilegiados para quienes, si existe el coronavirus, no existen sus desoladores efectos económicos. Gracias, Elorza, por ser la excepción. Gracias por abrir una senda de ejemplaridad. Y déjeme decirlo con toda la crudeza: cuando se cobra por algo que no hace, sobre todo en política, no es exagerado descubrir una forma de corrupción.