La carta de Ónega a Francisco de Borja Sémper: "Merece los calificativos de patriota y de héroe"
Buenas noches a don Francisco de Borja Sémper Pascual, a quien todos conocemos como Borja Sémper, y déjeme llamarle “querido amigo”, aunque pocas veces hemos tenido una conversación.
Le diré que esta mañana me dejó un poco triste, supongo que como a todos los que han seguido su trayectoria. Es que no abandona la vida pública un político convencional. Se marcha, se nos marcha, uno de esos hombres que merecen los calificativos de patriota y de héroe, y no estoy dispuesto a retirar ni disminuir esas dos palabras. Hay que ser muy héroe, querido Borja, para afiliarse al Partido Popular en 1993, cuando tenía 17 años de edad. Entonces ETA mataba todavía con toda su crueldad. Se contaban por decenas los muertos cada año, y bastantes eran militantes de su partido. Y usted tuvo que acudir con escolta a la Universidad del País Vasco. Y seguro que cuando se despedía de sus padres cada mañana los dejaba con la angustia de no saber si aquel beso de despedida era el último. Y dos años después tuvo el arrojo de presentarse a las elecciones municipales en Irún y fue elegido concejal. Y en las elecciones siguientes usted le dio al partido los mejores resultados en ese municipio.
Pasó miedo, sin duda, quizá pánico, pero el héroe que había en usted no le permitió renunciar a sus ideas. Creo que la dirección nacional del PP no fue justa con su persona y sus compañeros cuando recientemente les acusó de tibios. Pero usted, Borja, es un tipo elegante y hoy ha sido un caballero, fiel a sus ideas, fiel a sus siglas e incluso propagandista de esa fuerza política. Eso es lealtad, Sémper. Y sus palabras de despedida, a las que no quiero llamar testamento político, han sonado en España esta mañana como un ejemplo de grandeza. La grandeza del hombre que no quiere ver un enemigo en su adversario. La grandeza del servidor público que denuncia y detesta la política de trincheras. La grandeza del dirigente que se marcha deseando que la política recupere el prestigio perdido y el respeto de la sociedad. Toda una lección de ética, querido Borja. Yo he guardado sus palabras en una carpeta a la que puse un título: “Borja Sémper, así piensa un hombre de bien”.
Seguro que te interesa
Iñaki Oyarzábal: "La decisión de Borja Sémper estaba hablada y meditada"
Sémper se despide defendiendo el ejercicio de la política sin "trincheras"