La carta de Ónega a la ministra González Laya: "Usted conquistó la gloria con una entrevista en la televisión británica"
Fernando Ónega dedica su carta de La Brújula a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y su aplaudida entrevista en la televisión británica Sky News.
Y buenas noches, María Aránzazu, Arantxa, González Laya, nuestra ministra de Asuntos Exteriores.
No la he visto nunca en persona, ministra. Entre que no sigo mucho la política exterior y que el Covid nos ha distanciado a todos, no puedo presumir de haberla saludado. En consecuencia, tengo la imagen que de usted da la televisión y el sonido de sus palabras en la radio. Por ejemplo, esta mañana con Alsina. El resto lo sé porque lo he leído: que es una vasca de San Sebastián criada en Tolosa, Navarra; que siempre fue la estudiosa del curso; que es divertida; que es independiente; que es feminista hasta la médula; que está enamorada desde los 17 años y su amor se llama Europa; que habla media docena de idiomas, y que tiene un currículo brillante como abogada, profesora y alta funcionaria en Bruselas y Naciones Unidas.
Trabajó hasta en China, señora ministra. He de confesarle que su imagen sufrió algo en los últimos tiempos, porque el vicepresidente de su gobierno hizo política exterior por su cuenta, porque a usted no se la entendió cuando dijo que había que escuchar a Zapatero sobre Venezuela, o porque surgió lo de Marruecos, el Sahara ¿y a quién hacemos responsable? A la ministra de Exteriores, claro está.
Pero igual que un político se hunde en un minuto por una mala frase o por un mal gesto, usted, Arantxa González Laya, conquistó la gloria con una entrevista este fin de semana en la televisión británica Sky News. Creo que fue un vendaval, ministra. Fue decir unas cuantas cosas de sentido común y sedujo a los británicos. Según recojo del Huffington Post y de esta misma emisora, si usted se presentara hoy a las
elecciones en el Reino Unido, barrería. Le llaman inteligente, poderosa, magnífica. La comparan con los políticos británicos, y quedan como medio tontos al lado de su brillantez. Es que tocó los sentimientos de la gente. Les habló del sufrimiento de ese divorcio traumático que llaman Brexit. Les abrió los ojos con la diferencia entre cooperación y ruptura. Debe ser la primera vez que un político español, una política española, crea estados de opinión en la Gran Bretaña. Y a nosotros, Arantxa, nos ayudó a valorar lo que tenemos. Que no siempre es lo peor del mundo mundial.