Los equipos del señor Tezanos no sé cómo se las apañan, pero en todos sus barómetros encuentran a unos miles de españoles que, o son ermitaños o merecen estar en el libro de los récords por su optimismo.
Optimistas sin techo, habría que llamarles. Y a ellos quiero saludar esta noche. Sois una minoría. Sois el 0,4 por ciento de los consultados por el CIS. Pero, si los barómetros del CIS son representativos de la sociedad española, ese 0,4 tendríais que ser algo así como 160.000 envidiables personas. Y digo envidiables por la satisfacción con que contempláis la que tenemos encima.
Con la que está cayendo y la que va a caer, consideráis muy buena la situación económica. No digo buena; digo muy buena, y no creo que la vicepresidenta Calviño ni todos los miembros del gobierno juntos tengan una familia tan numerosa. Felices vosotros, hombres y mujeres que tenéis esa visión más que beatífica, santa, de lo que está ocurriendo. Felices vosotros, que seguramente no habéis oído en la vida la palabra déficit, ni la palabra paro, ni la palabra crisis, ni la palabra recesión. Y eso significa que no leéis periódicos y, si los leéis, no creéis nada de lo que publican. Y lo mismo pasa con la radio y la televisión. ¡Pobre señor Casado, pobre señor Abascal, pobres informes del FMI! 160.000 españoles, toda una importante ciudad, oyen vuestros diagnósticos y os hacen un corte de mangas: cállense ya, que España va muy bien y su economía, mucho mejor. Mando copia de esta carta al Palacio de La Moncloa para que no se desalienten.
Voy a pedir a Tezanos que os identifique para daros una medalla
Y le voy a pedir a Tezanos que os identifique para daros una medalla en un acto de esos tan redondos y lucidos con un pianista y grandes empresarios. Pedro Sánchez os tendría que invitar a la próxima Conferencia de Presidentes y decirle a la presidenta de la Comisión Europea: aquí tiene al pueblo español, señora Von der Leyen, déjese de informes de sus economistas y pregúntele a este pueblo cómo va la economía española, y doña Úrsula volvería a Bruselas diciendo que ha conocido a un pueblo feliz y haciendo grandes elogios del gobierno español. Seguid así. Voy a pedir protección para vosotros porque, tal como está el patio, me temo que sois una especie a extinguir.