OPINIÓN EN LA BRÚJULA

La carta de Ónega al príncipe Carlos de Inglaterra: "Verle infectado le humaniza mucho"

Y buenas noches al príncipe Charles. Carlos de Inglaterra, hijo de Isabel, heredero de la Corona británica, 71 años de edad y último ilustrísimo tocado por el coronavirus.

ondacero.es

Madrid |

Positivo, dijeron los análisis. Y por tanto, pasa por algún tiempo del escaparate mediático al confinamiento obligado como si usted fuese mortal. Mortal y peligrosamente contagioso. Quiero decirle, Alteza, que eso de verle infectado le humaniza mucho.

No como su augusta madre, por la que pasan epidemias, guerras mundiales, annus horribilis, nietos rebeldes y otras desgracias y Su Graciosa Majestad ni se conmueve. Parece el Peñón de Gibraltar. Ahí está ella, impasible, sin síntomas de nada, sin catarro que le haga toser y lo del coronavirus seguro que le parece una leyenda urbana, incluso plebeya.

Pero usted, Charles, definitivamente es humano. Tan humano, que la Corona puede pasar de madre a nieto sin tocar su respetada testuz. Por eso le dejo esta carta en el aire de la radio, que sabrá en qué palacio depositarla.

Por edad, príncipe Charles, es usted persona de riesgo. Pídale explicaciones y responsabilidades al primer ministro Johnson, que menospreció el peligro y dejó que Su Alteza se acercara a cualquier contaminado e incluso le diese la mano, que es la única costumbre populista de los dueños de sangre azul.

Pídale explicaciones por decir un día que las vidas no importan, las vidas se depuran, lo que importa es la economía. Y le diré otra cosa, Alteza Real: el virus, ¡qué osadía manifiesta la del virus! Es como el Tenorio, que a las cabañas bajó y a los palacios subió. No está bien que una cosa tan pequeña escale la muralla de un palacio de tanta historia.

No está bien tanto menosprecio a los valores intrínsecos de la sangre azul. No está bien que la socialización trate igual a un futuro rey que a un contribuyente de la City o a un paisano que abraza y besa a seres humanos.

Y no está nada bien ese fallo de los servicios de seguridad de la Casa Real británica, que no han olido al invasor. En fin, príncipe Charles: que el coronavirus –no se podría llamar de otra forma—nos salió interclasista y burlón. Y, mirando al Reino Unido, un poquito insumiso y republicano. Que tenga usted suerte en su recuperación.