En 'La Brújula' seguimos mirando a Ucrania en la semana en la que se cumple el primer aniversario de la invasión rusa. Todos los días a esta hora nos fijaremos en diferentes aspectos de la guerra, hablaremos (como hicimos ayer con Natasha) con quienes la han sufrido en primera persona, analizaremos la vertiente militar, la geopolítica, las consecuencias económicas y, lo más importante, la situación humanitaria después de un año de conflicto armado.
Y es que, como en todas las guerras, la peor parte se la lleva la población civil. Ucrania no ha sido una excepción. Los misiles de Putin no han distinguido entre objetivos militares y civiles, se han cebado con las infraestructuras esenciales del país, han alcanzado hospitales, escuelas, refugios donde se escondían cientos de personas.
Es más, el sufrimiento de los ucranianos ha sido y es parte fundamental en la estrategia de guerra rusa.
Además de las miles de víctimas mortales y heridos, los bombardeos han generado millones de exiliados y desplazados dentro y fuera de Ucrania.
La ONU calcula que un año después de su inicio, 17.700.000 ucranianos dependen de la ayuda humanitaria. Se trata de la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Hasta el momento hay 6 millones de desplazados internos y 8 millones de refugiados.
Andrés Conde, director Ejecutivo de 'Save the children', explica cómo está la situación en Ucrania después de los ataques rusos. "El precio más alto lo están pagando los niños", asegura.