Desde el inicio de la pandemia en 2020 todos los indicadores sobre pobreza y exclusión social no han dejado de aumentar. Ha sido una constante en todo el mundo que se ha agravado este año con la subida de los precios.
Según la ONU, de abril a junio la inflación ha empujado a la pobreza a 71 millones de personas que viven en países en vías de desarrollo. El alza de los precios, señala Naciones Unidas, ha desencadenado “una crisis del coste de la vida sin precedentes en la memoria reciente”.
La ONG Intermon Oxfam constataba en un reciente estudio que el aumento de la inflación afecta un 30% más a los hogares con menos ingresos que a los hogares más ricos.
Aquí, en España, los datos oficiales confirman un repunte de las familias en riesgo de pobreza. Datos a los que nuestra compañera Diana Rodríguez ha puesto nombres. Son las víctimas de la inflación.
"Se lleva notando unos meses y en este otoño se está empezando a notar con más intensidad todavía", cuenta Raúl Flores, coordinador del equipo de estudios de Cáritas, que explica que "necesitamos dedicar más recursos" y asegura que empiezan a llegar cada vez más personas en grandes ciudades, donde el precio de la vivienda se come gran parte de los ingresos de las familias.
Desde la Federación Española de Bancos de Alimentos también aseguran que han notado un crecimiento en las solicitudes de ayuda. "La situación es alarmante y preocupante. Estamos viviendo momentos muy difíciles y complejos", explica el presidente de la federación, Pedro Miguel Llorca.