A partir de hoy empieza a notarse ya que llega el otoño a buena parte de España y eso tiene su traducción en la factura energética.
Llueven, bajan las temperaturas y de repente empezamos a pensar en cómo vamos a calentar nuestras casas de aquí al mes de marzo, cuando vuelvan a subir las temperaturas.
Hablamos como mínimo de cinco meses de frío y ¿cómo lo vamos a hacer? Cada vez son más los que empiezan a pensar que quizá les compensa invertir un poco de dinero o mucho para poner unas placas solares.
Se trata de una idea que está calando porque en este momento las empresas que se dedican a placas solares no dan a basto.
El autoconsumo colectivo y particular toma alas ante una factura energética imparable. En tres años se ha más que triplicado, alrededor del 30% de la nueva potencia corresponde a clientes domésticos, el 40 % a clientes industriales.
La tecnología solar es la que más desarrollo está teniendo, una energía que se puede compartir entre varios vecinos y en otros centros como colegios o polígonos, siempre y cuando esté en un radio de un kilómetro.
Los expertos ven con buenos ojos compartir la generación de energía y la inversión, pero el economista de la Universidad de Valencia, Roberto Gómez, advierte de que la energía fotovoltaica debe mirar a mayor plazo y debe pensar que no solo hay que producir para consumir sino producir para poder almacenar.
Las instalaciones de aerotermia también se han puesto de moda, los consumidores buscar ser eficientes y ahorrar en la factura.
Pero si combinamos geotermia y placas solares el ahorro puede dispararse.
Abordamos el asunto en profundidad con José Donoso, Director general de Unión Española Fotovoltaica.