Nos estamos quedando sin agua. Este año hidrológico, 2021-2022, ha sido el más seco desde que se tiene registros en los últimos 61 años. Los embalses nunca habían estado tan vacíos como ahora, con la mayoría de ellos a menos de la mitad de su capacidad y la cosa no queda aquí, según la Agencia Estatal de Meteorología, nos espera un otoño con pocas precipitaciones.
Vivimos una sequía prolongada, tanto es así que ni siquiera las lluvias de estas últimas semanas han podido mejorar. En algunas zonas de España, como en Andalucía, concretamente en Sevilla, se ha declarado la alerta por sequía debido a la falta de reservas de agua y la escasez de lluvias.
Algo parecido están sufriendo en Cataluña donde, en algunos municipios se han limitado los suministros de agua para hacer frente a la sequía más larga que sufren en estos últimos años.
Pero esta escasez de agua no sólo afecta a nuestro país. Europa sigue la misma senda. El verano de 2022 ha sido el más caluroso en el continente desde que se tienen registros. Un problema que afecta de lleno a la agricultura y los regadíos y que, en los casos más extremos, seremos nosotros los ciudadanos, los principales perjudicados.
Para entender la situación y cómo palaliarla, hablamos en 'La brújula con Leandro del Moral, Catedrático de geografía humana de la Universidad de Sevilla y experto en gestión del agua. Del Moral afirma que "la primeras lluvias del otoño son localizadas y no aportan recursos a los embalses". Y añade que "tendrían que ser precipitaciones más alargadas en el tiempo y que produzcan una escorrentía mayor".