Si hay una zona en el mundo que despierta el mayor temor al estallido de una guerra esa es el estrecho de Taiwán. Allí, China y la isla de Taiwán protagonizan un conflicto histórico cuyo origen está en el fin de la guerra civil china en 1949 que protagonizaron los nacionalistas de Chiang Kai-sheck y los comunistas de Mao Zedong. Desde entonces la isla, que China considera parte de su territorio, resiste como nación soberana e independiente aunque solo es reconocida por 13 países a pesar de ser una democracia plena. Estados Unidos no cuestiona la soberanía de Pekín sobre Taiwán, pero si presta un apoyo a Taipei fundamental, incluyendo el ámbito militar. De ahí el temor a una guerra que pudiera enfrentar a China y EEUU.
Este difícil equilibrio se ha mantenido durante décadas, pero de forma recurrente se desatan crisis que elevan la tensión y despiertan el fantasma de la guerra. El último y más grave de estos episodios fue la visita a la isla el mes de agosto del año pasado de la entonces Presidenta del Congreso norteamericano Nancy Pelosi. El viaje provocó una airada respuesta de China que puso en marcha unas maniobras militares con fuego real en las aguas que rodean Taiwán. El pasado mes de abril, la Presidenta de Taiwán Tsai Ing Wen viajó a EEUU y aunque no fue invitada a la Casa Blanca si se reunió con miembros del Congreso, entre ellos el Presidente de la Cámara de representantes. Y China volvió a mostrar su disgusto con nuevas y amenazantes maniobras militares. Así que volvemos a estar en un peligroso pico de tensión. España no reconoce a Taiwán como un país independiente, pero desde hace años José María Liu actúa en la practica como embajador de la isla en nuestro país.
El embajador de Taiwán en España, José María Liu, acusa a China de violar los principios de la carta de Naciones Unidas sobre la resolución pacífica de los conflictos. Además, denuncia que China quiera ser mediador entre Ucrania y Rusia y luego no ayude a preservar la paz en el estrecho de Taiwán. Reclama que como países democráticos "tenemos que estar más unidos que nunca". "El apoyo de la Unión Europea a Taiwán ha de ser significativo e imprescindible", concluye el embajador.