En España existen casi 2.200 farmacias en municipios con menos de 1.000 habitantes. Más de la mitad, en pueblos con menos de 500 vecinos. Si no se facilita su viabilidad económica, es muy posible que uno de cada tres establecimientos acabe desapareciendo. Y si las farmacias rurales desaparecen, sus habitantes deberán marcharse porque necesitan de ese servicio, esencial en zonas donde la natalidad es residual y el envejecimiento es mayoritario
Sobre cómo frenar lo que parece inminente (el cierre de farmacias rurales y como consecuencia la despoblación) se ha discutido en unas jornadas en el Senado. Una de cada cinco farmacias españolas está en un municipio de pequeño tamaño y 1/3 de ellas tienen ahora mismo comprometida su viabilidad económica. El margen medio de estas boticas, que dan servicio a 5,6 millones de personas, es inferior a los 7.500 € al mes.
La farmacia, al final en el medio rural, da mucho, pero se encuentra con muchas dificultades socioeconómicas, territoriales, de infraestructuras económicas y por lo tanto hay muchas de ellas que se encuentran en situación de viabilidad económica comprometida.
Como explica Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Farmacéuticos, esta delicada situación pone en riesgo no sólo a quienes viven de las farmacias, sino a todo el entorno social. Las boticas son fuerzas vivas de los pueblos y su desaparición es una desgracia para los vecinos. Así se lo cuentan a María Terciado, que regenta una farmacia en un pueblo de Ávila de 213 habitantes: "De vez en cuando me preguntan ¿Vas a estar aquí más años? ¿Te vas a ir? Porque claro, ellos tienen miedo de quedarse sin farmacia". Un estudio de analistas financieros revela que el impacto social de las farmacias en los municipios pequeños es inmenso.
El impacto de las farmacias rurales en 2020 rozó los 1.600.000.000 de euros y se generaron más de 23.500 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Pero es que además, las farmacias son un agente activo de salud pública porque los farmacéuticos no se limitan a dispensar medicamentos. Ya son muchas las iniciativas puestas en marcha en favor de la salud comunitaria.
Por ejemplo, hay farmacias que en este momento están participando en programas de mantenimiento con metadona. 27 provincias están desarrollando programas de cesación tabáquica y 22 provincias de nueve comunidades autónomas son parte de diferentes programas de detección de enfermedades ocultas, como son diabetes, cáncer de colon o VIH.
Tendríamos una red de inteligencia sanitaria que podría dotar de datos de información, de inteligencia de estudios a nuestro Sistema Nacional de Salud. Ya es una realidad en seis comunidades autónomas que tienen una red de farmacias centinelas actuando como sensores sanitarios, extenderlo a todo el país. Es el reto que tienen por delante los farmacéuticos.