Hoy hace una semana que voló por primera vez el cohete más potente de la historia: el Starship de SpaceX, la empresa de Elon Musk. Aunque, la misión no es que fuera un éxito, a los cuatro minutos del lanzamiento el cohete estalló en el aire.
El Starship con sus 120 metros de altura es la nave más potente y grande jamás construida. Inicialmente, se planteó para ir a Marte pero, después de que al menos ocho de sus 33 motores fallaran, explotó en el aire. Tras este accidente, Elon Musk podría enfrentarse a demandas millonarias por daños y perjuicios además de acusaciones contra la FAA (Agencia federal Aeronáutica estadounidense) por aprobar el lanzamiento del cohete ignorando los datos e informes de otras agencias. Los expertos ya lo han avisado: la nube de polvo generada afectará a la población humana y animal de la zona.
Alberto Aparici, nuestro divulgador científico, nos ayuda a entender la importancia de este nuevo vehículo espacial. Según cuenta Aparici al despegar el Starship excavó un cráter en la rampa de lanzamiento y que "es posible que los motores fallaran porque los rompió una piedra gigante". Además asegura que a la agencia estadounidense que regula los vuelos no le ha gustado lo "chapucero" del lanzamiento y que "nos esperan unos meses de pausa".