LA BRÚJULA

Pasemos un buen dato: Versace

Con Natalia Hernández.

ondacero.es

Madrid |

Pasemos un buen dato: Versace | Foto: Pexels

Hoy nos acercamos a la icónica casa Versace después de un movimiento histórico. Y es que, Donatella Versace dejará de desempeñar su trabajo como directora creativa después de 28 años.

Un paso atrás que no es fruto de la casualidad. Para comprenderlo mejor vamos con los datos. Prada, la legendaria casa italiana de moda, está considerando adquirir Versace. Se dice que el monto de la operación podría superar los 1.500 millones de dólares, una cifra que refleja no solo el valor económico de la marca, sino también su peso cultural y simbólico en la moda global. El hecho de que Donatella deje de ser la fuerza dominante en la compañía habría sido requisito ineludible para que la operación se desarrolle con éxito.

La historia de la marca, como sucede en otras muchas casas de moda italianas, tiene una fuerte conexión con la tradición familiar. Desde pequeño Gianni Versace estuvo en contacto con telas, tijeras y patrones. Su madre era modista en Calabria, el sur de Italia, donde tenía su propio taller en el que pasaba muchas horas… Dicen que ya de pequeño era capaz de tirar una pieza de tela al aire y hacer un vestido antes de que cayera al suelo. Un auténtico genio. Por eso, aunque estudió arquitectura, algo que le permitió integrar arte, cultura y diseño en sus colecciones, con solo 25 años apostó definitivamente por la moda.

Como en el renacimiento italiano, la familia fue la base de su negocio. Con la ayuda de sus hermanos convirtió su pequeño taller en un imperio mundial de la moda. Primero fue su hermano Santo quien abandonó su profesión de gestor de empresas para ocuparse de los asuntos financieros tras la fundación Versace en el 78 y después llegó ella, Donatella.

Donatella Versace es, sin lugar a dudas, la figura más reconocida dentro de la familia Versace después de Gianni. Su relación con él fue muy cercana; no solo era su hermana, sino también su musa, la que inspiraba muchas de sus colecciones. Juntos lograron que el estilo audaz y seductor de sus creaciones acaparara la atención de la industria y los medios.

Hasta tal punto que a finales de los años 80 y principios de los 90, Versace ya era un referente del lujo global.

Desde sus primeras colecciones, sobresalió por la mezcla de influencias como el barroco, los elementos grecorromanos o el Pop Art. Su estilo de estampados llamativos, cortes arriesgados y materiales vanguardistas sumado a su capacidad de fusionar lo clásico con lo contemporáneo, lo consolidó como un visionario dentro de la moda. Por supuesto, también ayudó: el descaro y la sensualidad.

Dicen que la editora de Vogue, Anna Wintour decía que mientras Armani vestía esposas, Versace vestía amantes. Excesivo y provocador, disfrutaba de la atención mediática y la supo aprovechar. Fue uno de los primeros en comprender el poder de la cultura de las celebridades, ubicando a figuras icónicas en la primera fila de sus desfiles, vistiéndolas con sus diseños o tirando de ellas para sus campañas publicitarias. Elisabeth Taylor, Madonna, Elton John, Cher y hasta la princesa Ladi Di...

Además, Gianni fue responsable de iniciar el fenómeno de las alfombras rojas. Suyo era el vestido rojo con escote de corazón que Cindy Crawford lució en la gala de los Oscar del 91 acompañada de su entonces pareja Richard Gere o el que lució Liz Hurley en la presentación junto a Hugh Grant de Cuatro Bodas y un Funeral con un vestido negro con laterales unidos por imperdibles dorados. El público se volvía loco con sus diseños tanto que pronto aparecieron réplicas en todas las grandes cadenas de moda rápida.

Cuando se quedó sin celebridades, se le ocurrió una nueva idea: convirtió a las modelos en celebridades, creando una nueva especie: “las supermodelos”. En su desfile de 1991 en Milán, en lugar de hacer que las modelos simplemente caminaran por la pasarela, hizo que Naomi Campbell, Cindy Crawford, Linda Evangelista y Christy Turlington cerraran el show cantando y sincronizando los labios con la canción Freedom de George Michael.

Este momento convirtió a estas modelos en estrellas globales y ayudó a consolidar su legado como una de las marcas más icónicas de todos los tiempos. En 1997, su imperio estaba valorado en más de 800 millones de dólares con 130 boutiques en todo el mundo, incluso estuvo cerca de salir a bolsa pero el 15 de julio de 1997, Gianni Versace fue asesinado por Andrew Cunanan a las puertas de su mansión en Miami Beach, cuando regresaba como cada mañana de comprar un café y los periódicos del día. Donatella tuvo que asumir la pérdida de su hermano y al mismo tiempo la dirección creativa de la firma, convirtiéndose en el rostro y el alma de la medusa… aunque pensó en dejarlo… finalmente no lo hizo.

Tras el asesinato, el negocio tuvo dificultades para recuperar impulso, pero Donatella logró revitalizar la marca a través de una serie de decisiones estratégicas y creativas. En 2018, fue adquirida por 1.800 millones de euros y, hoy, de nuevo está en el punto de mira. Está por ver cuál es la siguiente punzada, si finalmente Prada la integrará, pero de momento, Donatella, seguirá vinculada a la compañía como embajadora de la marca para que el lujo ruidoso de Versace, esté a salvo.