Hoy queremos dedicar unos minutos a analizar la situación que se vive en África, un continente olvidado durante años que solo hemos visto como foco de pobreza e inmigración, pero que se ha convertido en escenario de una suerte de nueva Guerra Fría en versión 2.0.
Desde los años de la descolonización (1950-1975) la potencia extranjera que mayor presencia ha tenido en África ha sido Francia. Pero eso ha cambiado. París ha ido perdiendo influencia mientras China y Rusia han ido ganando presencia en el terreno económico-empresarial, político, militar y de seguridad.
Una prueba evidente fueron las palabras que el Presidente de la República democrática del Congo, Félix Thisekedi, le dirigió a Macron durante una visita del mandatario francés a Kinshasa el pasado mes de marzo.
Francia y Europa dan lecciones y China teje una rede de influencia
Mientras Francia y Europa se han dedicado a dar lecciones de democracia y de respeto a los derechos humanos, China ha aprovechado para tejer una red de influencia a base de inversiones milmillonarias (infraestructuras, recursos naturales) en medio centenar de países africanos. Se ha ganado el continente a golpe de talonario.
Rusia no se ha querido quedar atrás, ahí está la presencia del grupo Wagner en varios países. El pasado mes de julio Putin rompió su aislamiento internacional organizando una cumbre Rusia-África en San Petesburgo (a la que asistió el difunto Prigozin) que reunió a 40 delegaciones del continente. Prometió suministros y cereales gratis.
Seis golpes de estado de dos años
Pero no se trata solo de la creciente influencia comercial chino-rusa en África. La inmigración y el terrorismo yihadista son elementos de máxima preocupación para Europa. Nos lo reconocía el pasado lunes en La Brújula la Ministra de Defensa Margarita Robles.
Y es que en dos años se han producido hasta seis golpes de estado en África central y el Sahel, los últimos en Níger y Gabón este mismo verano.
Situación parecida a la Guerra Fría
Mira Milósevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano, explica que la situación en África es algo parecido a la Guerra Fría, pero que faltan dos elementos fundamentales: el equilibrio del terror por armamento nuclear y la rivalidad ideológica.
Añade que dos potencias como China y Rusia están apoyando a su manera a los diferentes gobiernos africanos. En el caso de los rusos con el objetivo principal de desestabilizar la región y distraer a Occidente de ayudar a Ucrania. De esta manera consigue también dañar sus intereses.
"África es un continente muy especial por la lucha anti colonialista por el resentimiento de sus países hacia Francia y a Occidente", apunta Milósevich. Añade que este es uno de los factores que más marca el contexto geopolítico del continente y que "en mayor medida puede explicar una cercanía de los países africanos con China y Rusia".