Agustín Pery estudió Ciencias de la Información y durante veintitrés años trabajó en el periódico El Mundo. En 2007 le nombraron director de El Mundo/El Día de Baleares y junto a su equipo destapó algunos de los escándalos de corrupción más importantes de la historia mallorquina. De esas experiencias nace su primera novela Moscas. Hoy presenta su precuela Txalaparta, donde vuelve a dar vida a Iñaki Altolaguirre, un policía nacional euskaldun.
Con ritmo endiablado, maestría narrativa y con una situaciones inquietantes Pery cuenta el día a día de este policía cuya historia está ambientada en la Navarra de los años 90 del siglo pasado.
La crítica define Txalaparta como una novela de percusión, de ritmo oscuro con una historia brutal como un disparo: ruidosa, rápida y brutal.
Pery define al protagonista de su libro como un psicópata, un tipo amoral que no es un héroe. Su apodo se lo debe a la txalaparta, un instrumento de percusión tradicional del País Vasco, Navarra y País Vasco francés que consta de dos soportes y tiene un tablón por encima que es golpeado por cuatro palos. Porque es así como el policía golpea a los terroristas, sobre unos tablones.
Lo que el autor quería contar era la atmósfera densa que se produce alrededor del terrorismo. Trasmitir "esa metástasis que se produce cuando te afecta el terrorismo aunque no seas víctima de él".