En la frontera entre México y EEUU se concentran frente a la frontera de EEUU miles de personas que llaman a su puerta. La falsa esperanza de la llegada de Joe Biden, la pandemia y sus efectos económicos han atrapado a miles de personas en el sur de Río Bravo. La llegada de menores no acompañados ha aumentado un 61% la de familias un 163% y la detención de migrantes en la frontera han aumentado un 26%.
En Tijuana hay 1500 personas viviendo frente a la garita fronteriza y con ellos ha estado Pablo Sáncehz Olmos, el corresponsal de Onda Cero en la zona. "Pido al presidente que toque su corazón y nos deje pasar con mis hijos, corro peligro acá", dice María Elena, migrante hondureña que abandonó a su marido tras los malos tratos y teme que vaya a buscarla.
"Pasamos frío, no hay baños, los trapos están sucios y el campamento se está poniendo peligroso, no es vida la que estamos pasando", asegura otra mujer. Un menor, Jonatan en su testimonio recalca que les obligan a salir, no lo hacen por voluntad propia sino por sacar a sus familias adelante.
Algunos no quieren arriesgarse a pasar la frontera de forma irregular por miedo a perder la custodia de sus hijos. La pandemia ha supuesto la escusa perfecta para cerrar fronteras y llevar a cabo deportaciones.