Mi Españita es bonita y valiente, pero no toda. A ver, el que pone cartelitos en la escalera. Tú. No quieres en tu bloque a la cajera, pero quieres supermercado. No quieres médicos en la escalera, pero quieres que se salve tu padre. Cartelero de la escalera, no me gustas un pelo.
Igual el que se tiene que ir eres tú. ¿Sabes? No es una mala ocasión. Me han dicho que están verdaderas gangas en esos pisos que están por ahí, sí hombre, camino del carajo.
Te voy a contar una cosa: los padres de Lucía, que son médicos de una UCI de Madrid, para poder ir al trabajo, la dejaron a ella y a un hermano en casa de los tíos. A los vecinos de los tíos, que eran como tú, no les gustó la idea y se quejaron y montaron el lío. Ahora, Lucía pregunta si cuando sus padres dejan de ser médicos para cuidarlos a ellos los puede atrapar la policía.
Muchas respuestas están en los niños, pero también algunas preguntas.
Esta mañana, mientras abría el colacao, mi hija de siete años me ha preguntado que cómo iban las cifras. Las cifras de muertos, se refiere. Le digo que van bien, que son buenas. Cuándo sea mayor comprenderá lo que nos pasó para que 517 muertos en un día sean una buena cifra.