Canícula y dimisión de Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado. Sus razones tendrá. Oficialmente, Dolores y problema de espalda del que espero se recupere pronto. Ayer fue Adriana, hoy Delgado, que después de una carrera judicial como la suya terminará siendo recordada como la ministra de justicia que terminó de Fiscal General del Estado que de quién depende.
El circo del sol del sanchismo somete a sus peones a unas contorsiones, escorzos y acrobacias tales que se terminan retirando más pronto que un futbolista. Los toreros cuando se iban daban una rueda de prensa en el hotel Wellington, ahora presentan el parte médico.
Pongo la tele asustado. Quién faltará ahora. Escucho a la portavoz del Gobierno, temo que anuncie que también se va, pero viene a decir que lo de Dolores Delgado es un ejercicio de responsabilidad. Si una mujer es responsable al dejar un puesto directivo por cuestiones de salud, ¿si se mantiene en el puesto es una irresponsable?
Y España ardiendo. En la pantalla de la televisión corre por los trigales un tipo en llamas. Se ha metido con la excavadora a abrir un cortafuegos para salvar su pueblo, enloquecido porque se defiende el monte de uno como se defiende a un padre. De pronto, el incendio lo envuelve en su locura naranja. Cuando todo parece perdido, a lo lejos aparece de entre el fuego corriendo y ardiendo como un bonzo de Zamora, y cae y se levanta y sigue corriendo y ardiendo y nadie corre a ayudarle. Dónde están los salvadores de conejos y los del boca a boca lagartos y los resucitadores de gatos cuando se les necesita. Ahora se recupera en el hospital con el 80% del cuerpo quemado. Se llama Ángel Martín Arjona. Si fuera un perro, ya tendría una calle.