Notas del 7 de octubre, mi amigo el gran Juan Luis de Tarifa contaba que había estado de invitado en las bodas de Caná. Que San José había agarrado una 'pajarraca' importante con el vino y que al volver con la resaca María le ofrecían agua y él respondía "Que no la mire el niño". Juan Luis estuvo en las bodas de Caná y nosotros en la presentación de los PGE.
El Gobierno hace pédricos cálculos sobre los dineros de España. Cree en Dios y en que la recaudación tributaria crecerá un ocho por ciento el año que viene. Marisú ya parece un jeque árabe con carreta rociera. Cree que sus estimaciones son prudentes y realistas y si suben los precios y no hay semiconductores, ni barcos portacontenedores, ni gas, ni camioneros, pues qué son 232.352 mil millones de gasto, eh, chiqui.
En Moncloa se ha abierto un tubo lávico de pasta que va desde el despacho de Tezanos hasta el despacho del presidente y de la vicepresidenta económica. Y con lo que sale por allí, asfaltan las encuestas del voto joven en las próximas elecciones generales.
A los Quintos, antes les daban un uniforme y ahora les darán 400 euros del bono cultural -más bono que en U2- para gastarlo en lo que les de la gana menos en toros. A los chavales les dicen que sin van a los toros, a los chavales les salen llagas en las manos, y se quedan ciegos y cuando salen de la ducha toman una toalla y les da por parecerse a Antoñete.
Algunos jóvenes ya se pasan los carteles de la Feria de San Miguel como antes se pasaban las revistas de señoras, y eso está muy mal. Ahora tendrán que ver lo que diga Yolanda Díaz, oh, Blancanieves de Fene y don Miquel Iceta, a la sazón, Ministro de Censura.
