Traigo que el Salvador se va a salvar Cataluña porque se supone que mi Españita está salvada ya. Pero hombre, ministro, si se va a ir en lo mejor. Las UCI otra vez hasta la bandera, y se lo va a perder. Yo le entiendo.
Pedro Sánchez ha dicho que para él, las catalanas son un desafío apasionante, y oye, hay trabajos en la burocracia de un ministerio como el de Sanidad en los que no pasa nada y al final uno de aburre. No hay más que ver a Salvador Illa para entender que es un hombre de acción y de pasión. Al final, pues está la incidencia acumulada donde la cogió, y de vacuna pues vamos a tener que compartir el culillo de la de Pfizer, ¿Y lo que une eso?
Y los hospitales no caen del cielo, pero salen volando con la ventolera. Y tenemos el lío de la cogobernanza, pero es bella, la palabra, que si le pones una zeta más suena a copa de helado de los años ochenta. Y los sanitarios están más motivados que nunca, fíjate que antes no se quejaban por no tener mascarillas y ahora montan 'manis' porque en el baño del Zendal no hay papel higiénico.
Así que con 800 casos por 100.000 habitantes y 700 muertos ha dejado el puesto el ministro de Sanidad parta irse a otra cosa que le motiva más. ¿Quién decía que en mi Españita no dimitía nadie?