Traigo apuntado que estoy haciendo un esfuerzo por seguir los partidos del Mundial, un poco como un ejercicio estético y moral, un poco como cuando me siento a leer a Joyce. En este mismo esfuerzo, los diputados votaron a todo correr la sedición para irse a ver el fútbol.
España-Japón. En tres minutos nos helaron el alma. España juega mucha gente con nombres que terminan en i. Pedri, Rodri, Gabi cómo van a ganar a unos tipos de que se llaman Tanaka, Take Kubo, Ikutura y Nagatomo. Si me he visto pronunciando la alineación y parecía un oficial de la aviación japonesa en Tora-Tora-Tora.
Ah, Japón, un país sensible, muy limpio, acuñan conceptos intraducibles para definir la postura del hombre hacia el arte y hacia el mundo. Me gustan dos especialmente. Mono no aware es la capacidad de conmoverse ante lo efímero. No habría que confundirlo con Wabi Sabi que define lo inexplicable a la hora de entender la imperfección como parte de la belleza y que es un concepto emparentado con el currismo.
Aquí tenemos lo de la cultura de la violación y los filoetarras, que significa amigo de los etarras. A ver cómo no van a ser en Bildu amigos de los etarras si muchos de ellos eran etarras.
España celebra el pase a octavos y yo me digo: “Pero si ha perdido”. Me acuerdo de cuando nos dieron los fondos Next Generation después de la pandemia y endeudamos a los hijos de nuestros hijos y a Sánchez le hicieron en Moncloa un pasillo de celebración los Sánchez Globe Trotters. Celebremos, pues.