Hoy traigo la noche de San Juan, hogueras y pavesas que se elevan al cielo oscuro de la noche como disparos de luz. Noche más coerta, escudo contra los fantasmas y la oscuridad. M abuela Elena clavaba en la puerta una eguzkilore o flor del sol para que los espíritus de la noche no entraran en la casa pensando que era de día.
El PSOE le ha dicho al PP que la playa de su campaña era una playa fake de Madrid, porque era una playa de voleiplaya, una playa de Madrid, como de arena de obra de Madrid donde Sabina ya cantaba que el mar cabe en un vaso de ginebra. Semper, ya estamos en Ondarreta.
Las playas de Madrid, ese verano interior de urba y piscina de la urbanización del PAU de niño con pañal sumergible donde aprendimos a desistir de nuestros sueños de campeonato de surf y patinadoras en el muelle de Santa Mónica. El mar de verano es aquí y ahora. En el asfalto de Prado del Rey TVE se querellará por el uso del término Verano Azul. En Génova deben estar temblando porque en Españita, el Constitucional no pinta una mierda, pero TVE te puede meter un puro que no veas.
Las playas de madrid en plural, las derechas, las chulapas, los chiringuitos de las guaradiolas, Guardiolos y guardioles. Sánchez dice que viene una glaciación conservadora tan difícil de concebir como el invierno de la buhardilla La Boheme en la conga de Jalisco, la barra de chapa montada en la verbena, la canción del venado interpretada por la Orquesta California y el baile de la Alpargata del Casino Iruña en San Fermín después del encierro donde bailando agarrado, una mujer le dijo a su novio: “Juan Luis, te vibra el móvil” y Juan Luis le respondió: “No, no, me vibra el fijo, el fijo”.
