Traigo que se viene el ocho de marzo. Por los caminos de mi ya tranquea la primavera con su galope de flores, de pájaros y de trigos. Por las ramas se persiguen los jilgueros y por los canutazos las ministras del PSOE y de Podemos. Se dicen cosas sobre el ocho eme.
Acusan al PSOE de traicionar al feminismo y de instaurar el código penal de la Manada los de Podemos que a punto estuvieron de sacar en la calle a los de la manada.
Está la coalición para entrar a vivir. En el Monasterio de Igualdad se ha extrañado de que las mujeres prefieren el empotramiento a la estimulación. Les parece mal. Así es cómo el movimiento feminista, que tantas cosas tenía para reivindicar, termina diciéndote que te van a salir granos.
Franco Battiato ya le cantaba al shivaísmo asiático, de estilo dionisíaco, La lucha pornográfica de griegos y latinos. Los apetitos míticos, de cortesanas libias, la posesión, las formas de amor pre-alejandrinas.Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me encadena.
A veces uno se pregunta: “?Oye y cómo hacía el amor la gente antes de Irene Montero?” No es que en el Gobierno te enseñen a vivir, es que pretenden enseñarte a yacer bien. Antes la gente temía encontrarse a otro en la cama, y ahora temen encontrarse a Ángeles Rodriguez Pam diciéndoles que así no, así mejor.