Hoy traigo que ya empieza la campaña a las elecciones vascas. ¡Una ilusión! Está la gente loca. Son las elecciones en las que Bildu podría ganar en Euskadi. Eso también le hace mucha ilusión a la gente.
Me duele España y si te digo la verdad, me duele mi Euskadi desmemoriada, extraña y presentada así en una normalidad amnésica y monstruosa. Que igual a los partidos no nacionalistas no les votan porque la gente constitucionalista está empadronada en El Puerto de Santa María. Gente que no se recuerda es gente que no existe porque lo de la memoria va por barrios. Se ha presentado Sánchez en el Valle de Los caídos, tropezados y muertos del asco en general y se ha metido en la cripta con su traje de forense y sus dos pedazo de Españas y se aparece con los huesos de los enterrados, muertos en la guerra, por la dictadura de Franco y de aburrimiento. Lo retratan con los huesos alineados sobre las mesas porque no había otro día. Aquí las caderas, aquí los fémures… y pone cara de circunstancias y te da un discurso con un cráneo como de Hamlet de mi Españita en la apertura de campaña, porque no había otro día.
Que se pueden recordar los muertos de hace 70 años, bien está, pero queda raro si se olvidan los de hace 20, con sus asesinos en la calle, 300 crímenes sin resolver y sus asesinos en las listas de partidos que son socios de Gobierno. Si importa el franquismo, que importa, debería importar ETA. Por qué una herida debe cerrarse a toda prisa y la otra abrirse hasta hacerles fotos a los huesos de los muertos. Solo así se podría entender que la derecha española es heredera directa de Franco, pero Bildu no tiene nada que ver con ETA.