Hoy traigo apuntado que ahora Sánchez habla de la derecha extrema y la extrema derecha. La extrema derecha y la derecha extrema, lo has cogido, ¿no? El truco consiste en ir de una de una a otra de manera que mi Españita confunda cuál es cuál. O la gente le vota convencida por un mensaje tan certero o es que Sánchez termina metido a rapero. Así se despliegan las geografías del mundo según Sánchez donde toda derecha es extrema, pero a la izquierda de la izquierda se despliegan más izquierdas porque hay más espacio, amplio y agradable. A la izquierda de la izquierda van a poner un foodtruck.
Tanto y tan bien se está explicando el porqué del adelanto de las generales al 23 de julio que va a ser que no se ha entendido nada. Me gusta esta cosa de que Sánchez ha puesto las elecciones en julio para que la derecha extrema y la extrema derecha están con el Meyba en la playa y no van a ir a votar a la derecha exore-bueno, basta ya. Si Sánchez cree esto es que no conoce a los españoles. Por joder, un español coge la papeleta un 23 de julio se cruza España desde Santiago de Compostela al Puerto de Santa Maria y vuelta con los niños dando por saco y preguntando cada cinco kilómetros “¿Papi, cuánto falta?”
Cuando un político cae en desgracia como es el caso, todo lo contrario a lo que dice nos parece bien. Ha dicho que el PP y Vox van a permitir la explotación laboral de los chiquillos y yo ya he pensado que teniendo tres, a ver si me saco un dinerillo.