Traigo la apertura del año judicial, las togas relucientes, las quejas de los jueces. Los jueces siempre andan tristes y lánguidos con un tono de poema de Verlaine les sirve para quejarse de que no se renueva el CGPJ igual que si Sánchez pretende fundirse la separación de poderes. Un juez nunca va a salir a decir: “Hey amigos, que ya es jueves, no hace un día precioso? Apaolaza ha sacado su moto princesa Ana del taller e iba por Príncipe de Vergara como un príncipe”.
Se quejan los jueces por lo intolerable y a los jueces todo les parece igual de intolerable: las injerencias en el poder judicial, los indultos, la amnistía. Esto se llama la ventana de Overton, que es la ventana que mide lo aceptable, antes la ventana era así de pequeña y no cabía el mediador y ahora están estudiando la amnistía y lo que haga falta. Porque el Gobierno va ensanchando y ensanchando con una machota y hoy en la ventana de Overton, Sánchez te organiza una verbena con la orquesta California, el gran Prix con Vaquilla y carreras de caballos.
Yo en realidad quería escribir del poni de Von Der Leyen, que se llamaba Dolly y se lo ha comido un lobo, que es un animal poco considerado. Ahora Úrsula quiere cazarlos y se parece a Caperucita Roja, en euskera se dice txano gorritxu. Después del ponicidio, lra Comisión va a estudiar el impacto de este depredado en las poblaciones rurales porque le conviene, un poco como el encaje de la amnistía. Antes el lobo era intocable, como la unidad de España. Hay que ver cómo ha cambiado el cuento.
