Hoy traigo las notas del cuatro de marzo, Santa Francina Armengol y otras deidades sanchistas. El PSOE y Junts han acordado el texto de la amnistía. Creen que curará la herida del hacha del koldismo. Ya pasó todo porque ya van a aprobar la amnistía. Tenemos unas ganas. Hoy, a la salida del colegio, las madres les dicen a los niños: “Niños, ¿sabéis qué? El PSOE y Junts han acordado el texto de la amnistía” y los niños saltan en el asiento de atrás: Bien, mamá, la amnistía. El Gobierno va a poner el amnistiobus que va a ir por ahí amnistiando y habrá bingo y pinchará aquella reportera de los Goya.
El sanchismo es una sucesión de calamidades en la que un escándalo se borra con otro más grande y así pervive en un destino fatal de desastres cósmicos y Yolandas de humo.
La vicepresidenta cree que es inaudito que se indulte a los corruptos en vísperas de amnistiar la corrupción de los independentistas. A mí si me dan a elegir, me quedo con los Koldos antes que los puigdemones, pues al menos robaban para gastárselo en encames y cigalas de la Chalana, que son tentaciones comprensibles, y no para llevar a mi Españita a la ruina.
Al fin y al cabo, los Koldos se escapaban de los jueces para seguir mariscando y Sánchez pretende eliminar a los jueces para que no juzguen a Puigdemont y seguir gobernando. Si lo piensas, parece un trinque doble. Me acuerdo de un amigo de Sevilla que no se había comido una rosca en su vida y cuando le preguntaban por su sueño, decía que era era poner los cuernos porque significaría que había ligado dos veces.