Hoy traigo apuntado que vino el presidente electo de Argentina al que llaman El JaVo Milei como si fuera delantero del Boca, y dijo que la mujer de Sánchez es una corrupta. Qué va a ser lo próximo. Puente le llamó drogata a él.
Sánchez se ha disgustado mucho porque han insultado a España. En realidad, esta vez solo han insultado a su mujer. A mí me parece fuera de lugar, pero vengo cavilando que cuando a Sánchez le dicen los independentistas que España es un estado fascista y represor, no se enfada tanto. Porque Sánchez no es que sea España, es que solo Sánchez es España y su mujer es España también España Gómez. LA mujer de Sánchez es nuestra patria o algo. Como decían de Gallito, el que no quiere a la mujer de Sánchez es que no quiere a su madre.
Milei, qué pelazo, es un tipo que lleva el carajo en la boca y grita Viva la Libertad Carajo. Y venga carajo. La palabra carajo viene de los marineros que cuando los castigaban los mandaban a la punta del mástil, que se llamaba carajo por razones que te puedes imaginar. Vete al carajo, les decían. Y del vaivén de allí arriba bajaban mareados, torpes y confundidos, esto es carajotes, o medio carajotes, que también es una medida del carajotismo.
El carajo es un hito del castellano que siempre giró en torno a la bragueta en giros mágicos e increíbles. De manera que estar carajote es malo, pero existe estar hasta y del carajo. Me acuerdo de mi amiga Sonia, francesa de Cádiz, que un día enfadada nos dijo. “Estoy del carajajo ya de todos vosotros”. Así mismo estoy yo también.