Traigo apuntado el 4 de julio, Núñez Feijóo ha prometido 365 cosas si llega al poder, entre ellas destituir a Tezanos. 365 promesas me parecen demasiadas, ya ve uno a un político prometer y sale a votar traicionado de casa. Votaría al político que prometiera: “Haré lo que pueda”.
Sánchez, que no teme encasillarse en el papel de honesto, ha estado en lo de Ana Rosa Quintana a decir que el PP congeló las pensiones y lo hizo Zapatero y lo votó él con su dedo divino. Dice que él es un político limpio y cree que la gente al escucharle va a decir: Yo le creo, Yo no creía en Sánchez, pero le he escuchado decir que es limpio y ahora sí le creo. Cómo quieren a este mozo, listo, guapo, trabajador, honrado, viajao y limpio.
El problema es la gente que decimos sanchismo y ahí estamos delante de la lapidación de las mujeres barbudas de la vida de Brian como aquel pobre diablo que le dijo a su mujer: “Este bacalao es digno del mismísimo Jehová”. Sanchismo, sanchismo, sanchismo, toda la noche oyeron pasar pájaros escribió Pepe Caballero Bonald y en Moncloa pasaron la noche escuchando decir Sanchismo. Tienen culpa de mi derrota los que dicen sanchismo y la gente venga que decir sanchismo, sanchismo los reventas de los toros pregonan con la boca torcida sanchismo, sanchismo, lo escriben los chavales en las puertas de los baños de las boleras donde antes se dibujaban penes, y lo gritan los amantes mientras hacen el amor, sanchismo, sanchismo, sanchismo. Nada mejor para que Españita repita algo que el presidente le pida: “No lo digas”