Hoy traigo que ha salido Sánchez a hacer balance del año. El balance implica un equilibrio que aquí no encuentro. Sánchez guapea en el balance como en discurso de Navidad o en algo de Sata Montiel cuando centelleaba porque se ponía una media en la cámara para tener ese efecto. Está el efecto Sara Montiel y el efecto Sánchez, que implica una manifestación patente de la trampa. Tú veías a Sara Montiel refulgiendo y te recordaba que tenía más años que andar para atrás. Ves a Sánchez diciendo que su gobierno es limpio y te acuerdas de que sacó a los corruptos de la cárcel para que lo apoyaran. También dijo que no aceptarán un referéndum en Cataluña, señal de que ya están encargadas las urnas.
El 27 de diciembre, un día como otro para nacer, morirse o cortarse las venas. Un día para elegir una palabra del año pudiendo elegir otra. Elegir algo impone el arbitrio de la elección. Esta es la mejor tortilla de patatas de… Mentira! Hay cientos de miles de tortillas y no las has probado todas.
En la Fundeu han elegido como palabra del año polarización, que es un fenómeno al que recurre el que polariza para excusarse: es que hay polarización. Si polariza la derecha, está claro que es fascismo, pero si polariza la izquierda, es que hay polarización, que es un asunto del que nadie en particular tiene la culpa, casi un fenómeno meteorológico: Es que hay polarización, dicen, como si hubiera calima, como si lloviera.
Yo si pienso en la palabra del año me salen muchas, amnistía, mentira, fruta, putodefender, pero quién soy yo. Bien pensado, la palabra del año yo creo que era esa: ’palabra’.
