Hoy traigo la noche del lunes 13, ni te cases ni te presentes a una investidura en Cataluña sin el tema amarrado. Con la edad, cuantos más días históricos, más se fija uno en detalles nimios, accesorios, y en la sede del PSC habían puesto en la mesa de Salvador Illa un plato de pimientos rellenos.
Illa no los mira, apunté que estaba eufórico sin razones, satisfecho, sonrojado un poco como tu prima cuando sale de pádel. Ante él, esos pimientos sin salsa, artificiales como una encuesta de Tezanos. Yo me decía, quién en su sano juicio se comería un pimiento relleno en un recuento electoral. Así que ganaba Illa las elecciones y yo en mi casa de Madrit solo podía pensar en los pimientos rellenos, estarán rellenos de qué.
Un pimiento, me dije cuando escuché decir que el constitucionalismo ha ganado las elecciones. Habría que entender que Sánchez ha logrado apaciguar el ímpetu de los independentistas. Creer que los independentistas son ahora menos que los constitucionalistas necesita convenir que el PSC sigue siendo constitucionalista, y yo diría que un pimiento.
Si dejan a la Corona en canicas, si prometen retorcer la Constitución hasta darle cualquier forma en la que quepa una Cataluña asociada. Si no asiste al niño de Canet que quieren educarse en castellano, si al cabecilla del procès lo va a traer a España con escolta de la Guardia Civil.
Igual es que el independentismo conquista al PSOE en la medida en que ha asumido el relato del procés, del lawfare, las cloacas del Estado policial y judicial corrupto. Si España fue un país que oprimió a los catalanes y encarceló a sus líderes injustamente. Me pregunto si el constitucionalismo ha conquistado terreno del independentismo o ha exactamente sido al revés.