Hoy traigo las notas del 20 de febrero, martes de veranillo, esperanza de poetas, vendedores de bikinis y declaraciones de la independencia tramitadas por Junts en el parlamento catalán.
Somos lo que va del pato de la mascletá a Fernando Grande Marlaska. El ministro del Interior le dijo a Marimar Blanco que volviera al Espíritu de Ermua. ¿Eso no era cuando el PSOE y el PP estaban unidos frente a ETA, los enemigos de la democracia identificados? Fernando Grande Marlaska era un héroe. En el Congreso les guardaron un minuto de silencio por los guardias de Barbarte y se ausentaron Junts, ERC, Podemos y Bildu. Ojalá Grande Marlaska diciéndole a Bildu que vuelva al espíritu de Ermua.
Se le niega un minuto de silencio a dos guardias civiles y le querían montar un funeral de Estado a un pato de la mascletá. El pato se apareció en Madrid Río acostadito en un jardín como un punki en sanfermines y perturbó las buenas almas de la ciudad más que los mendigos que encuentran muertos en un portal. Más que el desertor ruso al que han acribillado a tiros en Villajoyosa no digo quién, pero ya se lo está imaginando. Más que los guardias civiles de Barbate.
Les importaba el pato, les importaba un huevo de pato y fueron a montarle una capilla ardiente como la de Manolete, con coche de ocho caballos negros con penachos y pendones de los balcones por el pato muerto. Un pato asesinado en un atentado contra la ecología, lo de Mateo Morral fue una bobería. En el clímax fúnebre del asesinato del pato a manos de un alcalde paticida, apareció el animal en un vídeo, estaba muerto antes de la mascletá. Ya decía yo que aquí había pato encerrado.