Traigo apuntado que el PP organiza un acto contra la amnistía, ¿qué será lo próximo?, ¿manifestarse contra el Gobierno? ¿Un acto? Qué será lo próximo, ¿Eh? ¿Pensar? Y Aznar llamó a organizarse cívicamente contra el alisio penal o como se llame. La portavoz del Gobierno le acusó de golpista porque, así visto, el esquema es amnistiar a Puigdemont y meter a Aznar en el talego. O mandarlo a Waterloo o darle un beso de tornillo, como el beso de la manifestante al policía nacional, que no levanta tanto revuelo como el de Rubiales, quizás porque era un beso con lengua cooficial.
La nueva izquierda que salió de los talleres de reiki de Sol, que aplaudía meneando las manos en el aire aquellos días en que en Podemos se ligaba más que en Sodoma, digo que la izquierda de la izquierda termine demonizando las manifas que van en su contra. Yo creo que si una manifestación es antidemocrática, es que el gobierno es antidemocrático, pero ya qué quieres que te diga.
Tendrá que tener cuidado Sánchez con acusar a todo quisque de golpista, sin duda se trata de uno de los signos que identifican al golpista para el que los golpistas siempre somos los demás. Yolanda Díaz, oh Campanilla Killer de Fene, chamán de lo de Junts y enfermera de Frankenstein, se queja de que el único plan de Feijoo es tumbar el Gobierno no nato.
Todo es golpismo. Las manifas son golpismo, las críticas al gobierno son golpismo, la oposición, los lunes, los toreros, los follacas, las morcillas, los parrilleros, los columnistas, los jueces, y Nicolás Redondo Terreros. Para Sánchez, todo es golpismo menos el golpismo.
