Traigo este jueves de porras, hacen su agosto los demóscopos, los vendedores de ventiladores y los que dicen que esto y lo otro se llama el galope de Gilsh. El sanchismo encendió el detector de trolas con la revalorización de las pensiones del PP y ahora anda la gente buscando las falsedades como mi perrillo con las perdices. Empezó diciendo que lo de los peajes en las autovías era mentira como en aquello de La Tacones. Hoy le ha rectificado la Comisión Europea porque Sánchez pone un circo y le crecen los peajes en la A2.
Hay entrevista de Latorre a Feijóo. Había que apagarle el aire acondicionado del estudio o saldría doblado como una alcayata. La Cruz Roja ha tenido que atender por hipotermia a varios entrevistados de este programa. La lumbalgia concede a Feijoo un aura encantadora y adulta como de Papá Pitufo con canción de aute. Este rollo carroza lo creíamos desechado para siempre cuando la política se convirtió en una cosa de pibes superhéroes plenipotenciarios que llevaron a mi Españita como geisha por arrozal.
En la campaña de Yolanda, han puesto en Tik Tok unos vídeos protagonizados por gatos disfrazados de manzanas y perritos chihuahua vestidos de plátanos. Se llaman los Michiplátanos y les permiten, dicen, colarse en la vida de los jóvenes. Hay que elegir entre poner vídeos de color sandía en Tik Tok y anunciar que se acaba el mundo por el fascismo climático.
Yolanda Díaz es el libro del apocalipsis con gatetes. Creen que los jóvenes votan a los que pongan michiplátanos en los vídeos y gatetes de Sumar. Cuando los políticos se acercan a los jóvenes es señal de que toman a los jóvenes por imbéciles.
