Biden y Sánchez, pareja de moda, pasean por Moncloa. Mira, Joe, aquí guardo el pacto que firmé con esos comunistas, antiyankis y un poco antisemitas. En esta mesa -está un poco coja- me siento a dialogar con los independentistas catalanes que se reunían con el KGB.
‘Thank you, Pedro’, le responde Biden ante los micrófonos, y esas tres palabras apuntalan a Sánchez en la Moncloa. Eso que se escucha es el sanchismo reverdeciendo como el serengueti en la estación de lluvias. Este orgullo porque la estrategia de la OTAN lleve el nombre de Madrid me parece un poco como cuando la gente celebra que su pueblo sale en el tiempo del telediario. Pero si Biden quiere a Sanchez, cómo no lo voy a querer yo. Ya le está sacando punta la gente a la visita y a los gestos de Sánchez como si estuviera haciéndole la pelota. Qué queréis que le ponga la zancadilla y lo tire por la escalera de Moncloa, eh, hijos de POTUS.
Me resulta muy simpático ese aire despistado y simpático de Mr. Presicent, peluchón ovla y achuchable. A Curro Romero cuando ya estaba mayor, le dijeron una vez al ir a presentarle a alguien: “Maestro, ¿conoce a…? Y Curro le dijo: “Yo ya estoy en edad de desconocer”.
A su llegada a las escalerillas de Moncloa, el presidente de los Estados Unidos de América ha saludado a Pedro Sánchez y no se sabe si a Carlos V. Biden saluda un poco a lo Panenka. El presidente lleva en las manos unas cuartillas con instrucciones para que no se le olvide lo que tiene que hacer. Hoy le han escrito: “Cuidado con la cartera”.