Hoy traigo que las Cortes son un chiringuito y Armengol su Deejay. Al ser investido, a Pedro Sánchez lo aplaudieron rítmicamente, las olas las, como se aplaude a un fantástico hombre bala. Somos un debate de investidura con lololo y ripios de Aitor Esteban. Recitó: “Alberto tu tractor / tiene gripado el motor / por usar aceite Vox». Y Peláez le respondió en la crónica: «Aitor, estás en la parra. / Te van a ganar los etarras».
En la izquierda dicen ahora que la separación de poderes y la igualdad ante la Ley son paparruchas. Que la gente lo que quiere es comer, no meterse en política, trabajar un rato, dar de mano, como diría el gran Montano, para ser Franco, solo les faltan los pantanos.
Los independentistas decían que en este país no había libertad, que los jueces y fuerzas de seguridad del Estado actuaban mandados por el gobierno a favor de sus intereses y perseguían a unos sí y a otros non. A ver si al final Sánchez les ha dado la razón.
Sánchez presidente legítimo de mi Españita es la muestra de que este país es una enorme máquina de pasar por el aro, de desdecirse, de hacer lo que haga falta por sobrevivir. Me acordé de Emiliano García Page, que por aquel momento enviaba a Sánchez un Wasap. Sus razones tendrá, pero pensé en qué sería de él entrando en el futuro en la peña de cazadores de Talavera de la Reina, si es que existe ese sitio, y el lugar que el destino guarda para los hombres como él, y me puse triste. Hace unos días escribí que Emiliano es lo último que se pierde, pero se pierde.
