Notas del 4 de noviembre. Ayer ya apunté las notas del 4 de noviembre pero era 3, así que notas del 4 de noviembre, ¿otra vez? Otra vez. Aprobación de presupuestos con Esquerra y el PNV. Rufián amenaza con tumbar el gobierno mientras le da vía verde a los presupuestos. A Rufián solo le falta ir a misa los domingos de monaguillo del PSOE.
Desde que se fue Pablo Iglesias, la mayoría de progreso está extraña y simbólica, un poco como el Tríptico de las Tentaciones de San Antonio que pintó El Bosco. Hay una diablesa y dos demonios ofrecen pan y vino al santo. Por allí aparece un sapo y un enano con una caja en la que hay un molinillo y un aro andador de niños, imagen de la inconsciencia de la Humanidad. Por el cielo vuelan dos figuras sobre un pez, pues la creencia era que el diablo concedía la capacidad de volar, como sucede en los acuerdos de Sánchez con los independentistas, los populistas y otras hierbas de este jardín que es España.
Luego está lo de la reforma laboral. Por aquí me llega una encuesta de Metroscopia que dice que dos tercios de los españoles están a favor de reformar la legislación laboral. ¡Bien! Pero solo un tercio de los españoles creen que debe modificarse la reforma laboral en su totalidad. Oh. Dos tercios, que hay que reformarla de acuerdo a los empresarios. Súper bajón.
Apuesto a que el texto de la reforma va a ser un perfecto manual de bajarse de la burra. Dijo Yolanda Díaz, mitad de Yolandiño que se derogaría, después que se derogaría un poco, después que es imposible derogar y que ahora harán algo más que derogar, será derogar no, lo siguiente. Cómo odio cuando dicen eso.
