De la bendita y gozosa medida de gracia escriben los sanchistas en los periódicos con estendhalazo en el preámbulo y han sacado el arpa y de pronto la impunidad parece que la firma Lord Byron.
Mi parte preferida es cuando dicen que es constitucional porque en el preámbulo la Ley dice que es constitucional. Malo sería, imagínate una ley que dijera en la exposición de motivos que no cabe en la Constitución, pero eso es imposible porque veréis que a la Constitución le cabe tela.
En Ferraz los cayeborrokas han llevado unas muñecas hinchables para denunciar el puterío. Las llaman ‘Las sobrinas’. Cómo va a ser esto. Deberían amnistiar el golpismo, pero castigar la grosería. Ferraz tiene algo del tendido de Sol en Pamplona por San Fermín. Españita es curiosa, en lugar de un presidente necesita un psiquiatra. Pues en la misma mani hay unos rezando el rosario y otros con muñecas hinchables. Lo mejor de la muñeca hinchable es sin duda aquel poema que le escribió Luis Alberto de Cuenca a una poupee que se titulaba ‘Tamaño natural.
No se enfada nunca conmigo.
No se enfada si me emborracho,
ni se ríe al contarle un chiste,
ni se quema cuando me abraso.
Debería librarme de ella
-bastaría un simple pinchazo-,
pero nunca podría hacerlo
porque la amo, la amo, la amo.
