Traigo la vacuna de Pfizer y el ARN mensajero. Ah ARN mensajero, diez millones de primaveras en reparto, llévame contigo tus reinos de esperanza, de gentío y de abrazos. Sácanos de esta. Dinos siquiera que saldremos de esta.
De momento solo salen los presupuestos. Arrimadas ha exigido a Sánchez que retire la enmienda del español como lengua vehicular y si no qué. Echaron a Sánchez de Ferraz y nunca volvió. Arrimadas y Lambán le proponen regresar a la moderación y a la comida de mamá y la ropa limpia de casa. Que deje a Esquerra y al Galapagarato y a Bildu. Como si Sánchez prefiriera a Arrimadas que a Iglesas.
Sánchez es ese chaval al que su madre le advierte de que sabe de una discoteca le meten droga en la bebida y el chaval pregunta que dónde está la discoteca. Para ir.
Por los pasillos del Congreso va Arrimadas con los tuppers del centrismo y las croquetas de la moderación y Sánchez pasando, porque Sánchez nada más que quiere comer pasta con tomate y llegar al amanecer. Sánchez quiere Frankenstein. Lo dijo Rivera y lo dirá Arrimadas, y así va planeando mi Españita en cìrculos hasta el fin de los tiempos.
Hablando de finales, qué pena que se murió el Mani, que cantaba sevillanas. Antes al menos podíamos decir que a Ciudadanos le cabía el Mani, ¿ahora qué le cabe, eh, el impuesto al Diesel? Cuando al mani le preguntaban si le cabía el Mani preguntaba si empanado o con harina Yolanda. Un día le dijeron que si era mastín y dijo que prefería ser un perro que una persona, pero que si había que comerse algo, él se lo comía.