Traigo las notas del 15 de junio, 722 aniversario de la fundación de la Villa de Bilbao. Fundar Bilbao me imagino que fue como fundar una galaxia. Hoy Bilbao parece una playa de Copacabana. Baja la ría abundosa y caliente como el río Congo en ‘El Corazón de las tinieblas’ de Joseph Conrad. Frente al Guggenheim jadea el perro pupa un sofoco de margaritas de colores. Frank Gehry proyectó el Guggenheim sin ángulos rectos como cuando Dios hizo a Juanma Moreno.
La cosa es que hace un calor de esos que siempre infernal y asesino, calor pegajoso. Yo creo, incluso, que Putin ha tenido que ver con este calor. Al calor se le adscriben los peores adjetivos, como a la oposición. El frío en cambio produce en la persona una suerte de impulso y de alegría y el calor lo aplatana y lo vuelve indolente menos a Adriana Lastra que ha dicho que los socialistas tienen que votar el domingo para no tener que salir a la calle el lunes. Hay fiesta? No! Quiere decir que si no ganan, tendrán que tomar las calles, con este calor. La canícula, le dicen, me hace tener fantasías maravillosas, en esta Adriana Lastra entra en el Palacio de San Telmo disfrazada de bisonte de Ribadesella. La toma trampista lastrista del Capitolio que tenemos más a mano fue la chirigota del Yuyu que iban de cornudos. Se llamaban ‘Los últimos en enterarse’ y le compusieron un pasodoble al pedo.
En Andalucía la izquierda mandó a la gente a la calle y la gente se fue a la playa con la nevera, el filete empanado y la sandía plantada en la arena. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma alerta antifascista.