Traigo que ha vuelto a hablar Sánchez y fíjate si estamos mal que han regresado las metáforas. Hay que doblegar la curva, en equipo, con disciplina social y moral de victoria. Sánchez ha salido a animar en el descanso, pero le han faltado las medidas para tomar. Mira que estaba la gente esperando: “Bueno, pero nos confinan ya o qué”. Hay un ansia insatisfecha de medida restrictiva y ganas de música de James Rhodes, por qué no.
A lo de esta mañana de Sánchez le ha faltado piano. Menos mal que han salido ya los reglamentos de los cementerios para todos los santos, tan restrictivos que va a merecer la pena ir a limpiar las sepulturas en el Primark de la Gran Vía. Esto ya se inventó en Cádiz. Felipe Martín tuvo que pagar la factura del bar del velatorio de la madre de una amiga suya que estaba tiesa y cuando vio la cuenta de lo que se habían bebido, le dijo: “Niña, otro día nos llevamos a tu madre al Supersol”.
Hay ganas de Estado de Alarma que es un ansia de invierno como de comer castañas asadas y cocinar un bizcocho BIO mientras llueve a cántaros sobre el cristal de la ventana de la cocina.
En Galicia han pedido toque de queda, pero piden llamarlo de otra manera, ¡qué tal Paco! o mejor podemos referirnos a él como encender la chimenea. Cada noche, encenderemos la chimenea de doce a seis, y guardaremos una calma que cada día pesa más. Ya es viernes, y qué.
No hay que olvidarse de cambiar los relojes. Mañana a la tres serán las dos del 14 de marzo.