Mi Españita y su relación con la pandemia es fascinante. Tenemos más de todo, porque este país recibió generosamente grandes dotes y tambiéntremendos infortunios. De las siete plagas, nos llegaron ocho.
A Madrid tampoco sabemos dónde ponerla. Por ahí en el centro del mapa, supongo. Se quería sacudir el mando único y ahora Ayuso dice que Madrid ha estado demasiado tiempo sola. Sánchez, lacónico, le ha mandado una carta pidiéndole una cita porque un invierno sin amor es como un torero sin contratos: sueños, cabreo y melancolía.
Ah, Madrid mojada por la lluvia como un perrillo. Sánchezesperaba al 8M para tomar medidas y Madrid se espera al viernes.
Vamos al futuro con la cara de las liebres que deslumbran los coches en los caminos. La primera ola nos llegó desprevenidos y cuando la segunda estábamos en la playa. Va Fernando Simón a un programa de la tele a submarinear, que es como se dice bucear en Sanlúcar de Barrameda.
Unos ven en Simón a un asceta y otros, a un jeta. No puede hacer nada, pues todo en él se convierte en parábola. Parábola de Fernando Simón surfeando la segunda ola, parábola de Fernando Simón subido en globo. Siempre parece estar en la nube.