Traigo que tiempo de no hacer planes para Navidad. Qué menú mas raro. A ver cómo se cocina una cena de nochebuena para una madre sola. Habrá que poner un plato, una copa, un langostino, un trozo de turrón del duro y una lágrima. Es difícil escoger entre soledad o muerte, que es la soledad más definitiva. Era más fácil cuando el Gobierno tomaba estas decisiones.
Hoy es viernes en el Reino Unido porque empieza la vacunación. El día V de Victoria y de vacuna.
Iglesias no es Winston Churchill, pero merece vivir en paz. El vicepresidente del Gobierno ha denunciado a un ciudadano por llamarle ‘garrapata’ y por montarle el pollo. Ojalá se tipificara el delito de matraca. Al gran Juanjo Téllez lo encontró un juez culpable por escribir que tal fiscal era un perro de presa, pues le atribuía características de animal. Téllez alegó como el maestro que es que ya nunca más le podría decir a un amante ‘tortolito’.
Iglesias no es una garrapata; menos aún una garrapata agarrada a la piel de mi Españita. Iglesias es un cóndor, un albatros y un colibrí. Un palomo, un tejón, un potro, un tigre, un búfalo, un caballo de picar, pero una garrapata, no. ¿No estaréis cosificando a la garrapata? A ver qué hay de malo en ser una garrapata que se encarama sobre su huésped, ¡Alehop!
Se discrimina mucho a la garrapata. Ojalá campañas institucionales que terminen con el estigma vertido sobre el animal. Por qué no lanzar mensajes que limpien su imagen, como por ejemplo: “Agárrate a la vida como una garrapata” o que la gente escribiera en sus redes: “Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi garrapata”.